LA FORMACIÓN DE CURADORES CÓSMICOS ocurre cuando el ser interior del individuo y la consciencia que él tiene del mundo, de la vida humana, maduran gradualmente. Es una transformación guiada por su núcleo individual de consciencia cósmica y por instructores de los planos internos de la existencia.
El contacto con curadores o Centros de Cura auténticos es conducido por la Jerarquía con precisión impecable. Este proceso considera el bien mayor del individuo al que se debe curar, según los ciclos de su evolución y también del planeta.
La presencia de los curadores cósmicos altera bastante el ambiente de los seres, por eso trabajan silenciosamente. Los curadores que canalizan energías muy potentes suelen vivir lejos del resto de la humanidad.
Lo que emana de un curador estimula y mueve las fuerzas de la inercia de la materia terrestre; esto puede generar una reacción en los individuos que no están preparados para la transformación o la purificación más profunda.
Siguiendo la Ley del Amor-Sabiduría, en general, el curador no se da a conocer. Trabaja en silencio, en la mayoría de los casos actuando por vías indirectas, desde los planos internos.